¿Cómo comenzó Gigi’s?
Cuando nació mi hija Gigi, pensé que la vida de mi familia cambiaría para siempre. Como una hora después de que nació, los doctores sospechaban que ella tenía síndrome de Down. El pánico crecía dentro de mí, pero temía que alguien lo notara. Tan pronto como mi esposo y yo nos vimos a los ojos, dije “si cualquiera puede con esto, entonces nosotros también podemos”. Él asintió y dijo "¿Te puedes imaginar cómo nuestros hijos Isabella y Franco serán mejores personas por Gigi?". Sabía que íbamos a poder pasar por esto juntos. Que no se me malinterprete – ¡yo estaba petrificada! No puedo empezar a decirles el miedo y la devastación total que sentía. ¡Todo lo que nos decían sobre el síndrome de Down era tan negativo! De repente, ya nadie mantenía contacto visual conmigo, mantuvieron la puerta de mi habitación cerrada y ¡nos mandaban un sacerdote! Si esto ya nos estaba pasando a nosotros, ¿cómo iba a ser la vida para nuestros niños? Tenía tanto miedo de llevarla a la casa y empezar esta “nueva” vida. Recuerdo cuando nos visitaron algunas personas por primera vez. Hubo abrazos de solidaridad, no de felicitación. Iban de puntitas hacia la camita y parecían temerosos de mirar adentro para ver cómo se veía. Luego, cuando finalmente tenían la valentía para mirar, veían a un pequeño bebé hermoso y ¡estaban asombrados! Siempre exclamaban, “¡Dios mío, es adorable!” No sé realmente qué esperaban ver, pero finalmente la gente comenzó a darse cuenta de que tan sólo era un bebé.
La Promesa
Una noche cuando cargaba a Gigi para llevarla a la cama, pude sentir el peso de su baja tono muscular. Un peso que uno nunca se imaginaría que existía dada a su sonrisa constante y pura determinación. En ese momento me percaté de lo fuerte que ella realmente era. Al cargarla por las escaleras, le hice una promesa de que yo cambiaría la manera en que el mundo ve a las personas con síndrome de Down; que ayudaría a las personas a entender que ella y todos sus amigos eran mucho más que un diagnóstico más. Con la ayuda de personas como tú, y los Centros GiGi’s (Playhouse) alrededor del mundo, esa promesa se está manteniendo – no sólo para Gigi, sino para todos nuestros niños.
La vida con Gigi
¡Qué regalo! Una vez que nos habíamos reacomodado y regresando a la rutina en la casa me di cuenta de que ella era más similar a mis otros hijos que diferente. Algunas cosas le tomaron más tiempo, pero siempre entendía y no se daba por vencida. Me inspiraba todos los días, y tuve que buscar una manera de cumplir la promesa que le había hecho. Recuerdo mi primera junta con un grupo de apoyo – estábamos en la esquina de un cuarto estéril de hospital. Fue una muy buena junta, pero yo pensaba ‘¿por qué no hay un lugar para nosotros?’ Eso es lo que me impulsó a crear un lugar donde las familias pudieran venir por recursos y redes, donde niños y adultos con síndrome de Down pudieran ser líderes, donde pudiéramos celebrar nuestro diagnóstico. Con mi marido a mi lado salimos a reclutar miembros para la mesa directiva y recaudar dinero. Mi hijo Franco, dibujó el logo de GiGi’s Playhouse y en tan sólo 5 meses ¡abrimos las puertas del primer centro de consciencia del síndrome de Down del país!
El Centro
Mi parte favorita de los centros de GiGi’s (Playhouses) es la autoestima que los niños obtienen. Cuando forme parte de la mesa directiva, “Mi hija desarrolló mucha confianza en sí misma por participar en GiGi’s. En el centro, ella es la líder – ¡los demás niños la siguen! Está empezando a transferir su confianza en sí misma en su salón de clases, en la escuela”. Hay DOCENAS de actividades educativas y programas diseñados específicamente para trabajar las habilidades importantes para cada niño. Muchos de los programas son desarrollados y facilitados por terapeutas y educadores. Así, los niños están fortaleciendo sus habilidades motrices finas y gruesas, el desarrollo del habla y el lenguaje, y habilidades sociales – ¡y divirtiéndose tanto que no se dan cuenta de ello! Todas las habilidades están construidas de tal manera que pueden vivirse en un salón de clases. Aprenden a socializar con sus compañeros, a leer y a escribir, aprenden a tomar turnos, y, sobre todo, ¡están desarrollando su autoestima al mismo tiempo!
El Futuro
Tengo que decir que tener a Gigi fue como una verdadera historia de amor. Empezó con una devastación y miedo y terminó con un amor que yo jamás había conocido. Sin haberlo vivido, yo nunca hubiera podido entenderlo. Sólo estoy contenta de que GiGi’s Playhouse se ha convertido en un lugar donde las personas pueden ver el otro lado del síndrome de Down. ¿Y Gigi? ¡Le va de maravilla con su cromosoma extra! Es una ávida usuaria del celular, bailarina de hip hop, y más que nada ¡una estrella de rock! ¡Su hermano y hermanas la adoran! ¡Sólo desearía haber sabido lo maravillosa que iba a ser la vida con ella!
Nancy Gianni, 2014 Ganadora del Premio al Emprendimiento Social
Nancy Gianni, Presidente y CEO de GiGi's Playhouse recibe el Premio al Emprendimiento Social de la Universidad de Stevenson durante el inicio de cursos en primavera de 2014.